Hay alimentos o extremos expansivos (alimentos Yin) como los medicamentos, las bebidas alcohólicas, el azúcar, las bebidas estimulantes, los zumos o los lácteos blandos.
Y por otro lado están los alimentos contractivos (o Yang), como son la carne, el pescado, la salsa de soja o el tamari, la umeboshi o los huevos.
Aunque no todos tienen el mismo grado de expansión o contracción la clave es compensar los extremos con alimentos centrados como frutas, verduras de hoja, germinados, frutos secos, legumbres, semillas, raíces o cereales integrales.
En estas claves de la macrobiótica
Pero lo que buscamos es recuperar y mantener nuestra energía y salud, y la macrobiótica recomienda evitar los extremos energéticos y centrarse hacia los alimentos equilibrados. Así, tendremos una fuente de vitalidad, energía y estabilidad. Por eso, el equilibrio proviene de una medida justa entre los extremos centrados y los otros alimentos combinados en una proporción armónica.
Y en esta ecuación, tendremos en cuenta que las proporciones variarán en función de otros factores:
- Edad
- Sexo
- Localización y/o lugar de residencia
- Estación del año
- Estilo de vida
- Otros factores personales