No hace falta beber leche de vaca para tener unos huesos fuertes, al contrario: Reduce el consume de alimentos de origen animal, cereales refinados y azúcares que favorecen los procesos inflamatorios (prostaglandinas de tipo 2); además de contener un exceso de fósforo, que a la larga impide la fijación del calcio en el hueso, y acidificar, que el cuerpo compensa liberando minerales en sangre.
Tanto huesos como articulaciones precisan un buen aporte de minerales que encontraremos fundamentalmente en frutas, verduras (no te olvides del daikon) y algas, por ello debemos consumirlas diariamente. Éstas últimas, además, nos ayudarán a eliminar y a depurar tóxicos.
Podemos encontrar calcio en alimentos de procedencia vegetal que también contienen magnesio (imprescindible para que se absorba correctamente el calcio) como las crucíferas, el sésamo, las legumbres, los frutos secos, la avena y los alimentos de la soja. El alga hijiki es la más rica en calcio.